Solo con nombrar albaricoques, ya se nos hace la boca agua. El simple hecho de ver su color naranja en la tienda o el mercado, su olor y su delicado tacto nos anuncia de antemano que estamos ante una fruta diferente.

No solo es su sabor, sino que su bajo contenido en calorías y su gran aportación en vitamina A y B, junto con su riqueza en fibra, convierten el albaricoque en una sabrosa y saludable opción a la hora de incluirlo en nuestra dieta habitual.

 

Múltiples maneras de saborear los albaricoques

Cuando llega la temporada del albaricoque, tenemos que aprovecharla al máximo para poder sacar partido de las múltiples combinaciones y recetas que podemos llevar a cabo con él.
En éste artículo, no nos vamos a centrar en recopilar las mejores recetas, más o menos elaboradas (no te preocupes, lo haremos más adelante), sino que vamos a enumerar una serie de formas de introducir de forma sencilla los albaricoques en nuestro día a día de una forma sorprendente.

 

Una fantástica ensalada

¿Los has probado acompañando tu ensalada favorita? No dejes de hacerlo, lo puedes hacer tanto con albaricoques frescos como secos. Tan sencillo como picarlos y añadirlos a la ensalada, le otorgaran un dulce contraste a la misma. Una sencilla elaboración para acompañar a tus platos principales.

 

Añade albaricoques a tu postre lácteo favorito

Pica junto con tus otras frutas favoritas pequeños trocitos de albaricoques. Tan sencillo como después agregarlo a tu postre lácteo favorito (con helado también es increíble). La combinación de texturas y sabores es sorprendente.

 

Albaricoques con yogourt

 

Una vuelta en la sartén

¿Todavía no los has probado? Te aseguro que te sorprenderá. Pon en la sartén un poco de mantequilla con un toque de canela y dora los albaricoques partidos en delgados trocitos. Si al final los cubres con algún fruto seco como por ejemplo nueces, el resultado será increíble.

 

Horneados, asados o salteados

Pueden acompañar cualquier plato fuerte que desees, o simplemente para un aperitivo diferente. Prueba cocinar los albaricoques por cualquiera de estos tres medios y descubre cómo se integran en diferentes platos.

 

Albaricoques horneados

 

Alegría para tus dietas

Si has decidido ponerte a dieta y te esperan platos aburridos, no desesperes. Añade una pequeña cantidad de albaricoques frescos a arroces blancos, ensaladas, quesos blancos. El aporte calórico es mínimo y alegraran el sabor de tus platos.

 

Combinado con frutos secos

En este caso utilizaremos albaricoques secos u orejones, con el fin de mézclalos con tus snack de frutos secos preferido. Combinan perfectamente con almendras, cacahuetes, nueces, avellanas, etc.

 

Albaricoques con frutos secos

 

Desayunos diferentes

Tan sencillo a agregar pequeños trocitos de albaricoques en la leche junto tus cereales favoritos o con galletas de trigo. También puedes añadirlo a tus tostadas. Desayunos sanos y deliciosos.

 

Rellenos para asados

Esta fruta combina muy bien con carnes y aves. Si has decidido elaborar un relleno, añade albaricoques. Te aseguro que consiguen aportar un sabroso y diferente toque a tus asados.

 

Trocitos de albaricoque para enfriar bebidas

Que el albaricoque combina bien con cualquier zumo y una gran mayoría de bebidas (alcohólicas o no) no es ningún secreto. Corta los albaricoques en taquitos y congelarlos después, incluso a congelar estos trocitos dentro de los cubitos de hielo. Aportaran su sabor a la vez que enfrían tus bebidas favoritas.

 

 

Como ves, podemos introducir el consumo de albaricoques de forma muy sencilla en nuestra dieta habitual, tanto en desayuno, almuerzos, comidas, meriendas o cenas. Capítulo especial es su utilización en postres, dónde el número de recetas y combinaciones es prácticamente incontable.

Aunque no te olvides de su forma mas común de consumirlos, cuya receta no es más que lavarlos, pelarlos (o no) y comerlos. Albaricoques, simplemente deliciosos.