El fruto del albaricoque anuncia el principio del verano, cuando su maduración le otorga un hermoso color amarillo anaranjado. El albaricoque posee forma redondeada siendo su aspecto muy similar a pequeños melocotones. Su pulpa es generalmente bastante firme y su dulzura puede variar dependiendo de la madurez, su región de origen o la edad del árbol.
Su piel es de textura suave debido a estar recubierto de pequeños pelillos muy finos y cortos. El centro de esta fruta alberga su semilla, grande y dura, con forma muy similar a una almendra, lo que confiere a esta fruta la incorporación a las denominadas frutas de hueso (albaricoques, melocotones, nectarinas, ciruelas y cerezas).
Los albaricoques son claramente productos de temporada, su momento de consumo comienza al final de la primavera y se extiende al verano, dependiendo de la variedad y su zona de cultivo.
Remarcar que existen más de 50 variedades de albaricoques, estos varían en su tamaño, en el sabor y en el color.
Breve historia del albaricoque
Sobre la procedencia de los albaricoques se abre un debate, si bien algunos expertos afirman que sus orígenes son de procedencia China (donde ya se cultivaba el melocotón y la nectarina), otros afirman que esta fruta llamada científicamente “Prunus armeniaca” debe su nombre a su origen armenio, que una vez conocido por los antiguos romanos fue introducido en todos los territorios conquistados. Este fruto fue muy apreciado por el pueblo romano, si bien nunca llegaron a cultivarlo con demasiado éxito.
Quizás nunca lleguemos a conocer el origen certero de este fruto, si bien es cierto que en Asia Central sigue siendo una de las frutas más populares y apreciadas.
La importancia del clima para el cultivo del albaricoque
Para un buen fruto, el árbol del albaricoque precisa de inviernos fríos, con un cierto número de “horas de frio” (por debajo de 7˚ C) que le permitan florecer. Su árbol muy resistente al frió puede llegar a aguantar temperaturas muy bajas, siempre que el clima sea seco.
Una vez que el árbol florece, las condiciones climáticas necesarias cambian drásticamente, ya que en este momento para lograr madurar necesita veranos calurosos y secos.
Otra condición indispensable es que el terreno drene muy bien el agua sobrante, que por otro lado tiene que ser abundante y de calidad, ya que el árbol del albaricoque es muy susceptible a enfermedades de raíz y fúngicas.
Estos árboles necesitan al menos 3 a 4 años para comenzar a producir de manera rentable.
Los albaricoques, un regalo para tu salud
Nos encontramos ante una de las frutas cuyo consumo va a representar un aporte muy importante de vitaminas naturales, minerales y nutrientes, no dejando de lado su gran contenido en carbohidratos, vitamina A, vitamina C, vitamina E, fibra dietética, hierro y potasio.
El albaricoque proporciona muchas de las vitaminas necesarias para el organismo. Sin duda un regalo de la naturaleza para nuestro bienestar. Su consumo nos otorgara beneficios en nuestra salud y piel a la vez que nos ayudara a reducir el riego de diversas enfermedades.
El albaricoque ideal
Cuando acudas al mercado en búsqueda de esta preciada fruta, busca albaricoques firmes y suaves, de color amarillo-naranja, y que no tengan magulladuras ni daños.
Evitar ante todo los albaricoques blandos. Su pulpa debe ceder ante una presión suave, cuando los apretamos suavemente con los dedos. No obstante el mayor control de calidad para el consumidor final es su olor, donde su aroma nos indica la calidad del producto.
Es conveniente conocer que estos frutos una vez recogidos del árbol, se estropean rápidamente (si bien sus procesos de almacenamiento y refrigeración han mejorado) por lo cual es importante consumirlos cuanto antes, después de haber sido recolectados. Una vez comprados y guardados en la nevera es importante conocer que su momento de consumo no debe de exceder de lo 3-5 días, para que no pierdan su frescura ni se pasen en madurez.
Deja que se atemperen fuera del refrigerador antes de comerlos, para disfrutar más de su sabor y no los laves hasta el momento de consumirlos.
Si por algún motivo, decides congelarlos para utilizarlos en postres o diversas recetas, te recomendamos que los partas por la mitad y retires la semilla antes de meterlos en el congelador en bolsas cerradas.
Un fruto que no debe faltar en tu cocina
El albaricoque es una fruta muy apreciada por su versatilidad. Se pueden consumir frescos o secos y en platos dulces o salados. Se pueden utilizar para repostería, mermeladas, salsas y compotas. También es frecuente su consumo al horno, salteado o incluso a la parrilla.
A la hora de preparar recetas con este producto, nos encontraremos que al ser fruta de temporada no la encontraremos durante todo el año en el mercado. No descartes en esos momentos las conservas de albaricoque, que pueden mantener un sabor muy aceptable debido a que normalmente los albaricoques destinados para conservas se dejan madurar un poco más de tiempo en el árbol.
Sin duda estamos hablando de uno de los frutos más deliciosos y sanos que nos ofrece la naturaleza, si todavía no has incluido a los albaricoques en tu dieta, esperamos que este artículo te anime a hacerlo. Son todo ventajas, y dulzura.
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